Nosotros

Cuando empecé mi carrera como abogado fiscalista, imaginaba que prácticamente todos mis juicios serían sobre impuestos. Sin embargo, el primer caso a mi cargo trató sobre leyes forestales. Con el paso de los años, las necesidades de las empresas me han llevado a intervenir en casos de rectificación de primas de riesgo de trabajo; verificación de medidas de seguridad e higiene en el centro de trabajo; revocación de autorizaciones a sociedades financieras; inspecciones ambientales, de protección al consumidor o de propiedad industrial; cancelación de servicios de descarga o saneamiento de agua potable, y un largo etcétera.
El abogado fiscalista es el especialista en juicios contenciosos administrativos. Este proceso no sólo se utiliza para resolver los litigios fiscales relacionados con auditorías, devoluciones de impuestos u operaciones de comercio exterior; también es el indicado para enfrentar los actos de casi todas las autoridades que tienen facultades para inspeccionar, imponer multas o liquidar adeudos a cargo de las empresas.

Por eso, a lo largo de mi carrera he ayudado a más de cien empresas, en los ramos de manufactura, construcción, transporte, administración pública, entre otros; con resultados favorables en el 98% de los casos.

Durante más de diez años fui el Director de Litigio de un despacho especializado en defensa fiscal de León, Guanajuato. Desde entonces, desarrollé un enfoque simultáneamente creativo y técnico para que los clientes que utilizaron los servicios de la firma obtuvieran resultados favorables en la gran mayoría de los casos. También tuve la oportunidad de aprovechar mi experiencia como catedrático para seleccionar, capacitar y coordinar al personal jurídico.

Decidí crear una nueva firma para dejar atrás las limitaciones del despacho jurídico tradicional, empleando un modelo de boutique law firm para prestar servicios de mayor calidad a un menor costo. He comprobado que los resultados son mejores si el cliente es parte del proceso y lo comprende. Para lograrlo, el servicio del abogado debe ser más inmediato y transparente: el cliente siempre debe poder comunicarse con quien realmente está trabajando en su caso, sin intermediarios.

Estoy convencido de que al especialista en litigio fiscal lo distingue el conocimiento de las decisiones recientes de los tribunales de todo el país, no sólo de los criterios más difundidos. Por ello me aseguro de que se recopilen y analicen esas decisiones desde que se generan, utilizando la tecnología para gestionar la información y crear ventajas estratégicas.